Manifiesto.
Porque el cómo entendemos singularidad, creatividad, coherencia y consistencia es la base de la participación del estudio en cada proyecto, sea para crearlo, visibilizarlo o ayudarle a crecer. (Siempre y cuando no sea una envasadora de verduras en bandeja para el súper, una peletería, o un troll tras un atril, liberando despropósitos. Gracias).
¿Qué es ‘lo que tiene que ser’? ¿Quién lo dice?
Ya cuesta bastante trabajo, energía y relatos salvajes para con un@ mism@ crear de la nada algo con sentido y hacer que funcione, como para tener que encajarlo en las consideraciones externas de una normalidad anómala, cuya aportación –tan resplandeciente como horripilante– es hacer que se nos haya visto el plumero.
Lo que piensan los otros es importante, claro. Siempre y cuando sea constructivo y alentador. Y podrá estar de acuerdo o no con lo propio, por supuesto también; pero tendrá que ser una labor –al menos neutral– de ayudar a reconstruir.
¿Y por qué resulta inquietante la sana perturbación?
Llámalo inquietud por integrar todas las variables que afectan al diseño y por tratar de ir un poco más allá de asunciones prematuras o preconcepciones caducadas que puedan bloquear soluciones que realmente funcionen. Llámalo cómo quieras.
La perturbación no está más que en el desprendimiento de las capas que nos pusimos o nos pusieron, todas, incluso las de photoshop.
La creatividad a través del diseño está ahí para hacer entender de qué va la vaina, con toda la sutileza o tosquedad que sea necesaria, haciendo partícipe a quien asiste a través de todos sus sentidos los que buenamente le queden.
Y su aplicación puede generar de todo: desde una sorpresa estupenda, a la mayor de las intolerancias. Pero más vale que genere algo. Y más vale que eso esté ligado al meollo del proyecto. Porque la ecología en los recursos es quien comparte tiesto con el derroche en las ideas.
¿Promesas que se perderán en estas cuatro paredes?
El trecho es un proceso de trabajo que funciona a dos bandas. Requiere implicación, esfuerzo, retroalimentación y la gran catarata de empatía y buen hacer.
Es bastante poco útil, casi lapidario, extender cheques que no se pueden pagar. Pero también lo es no saber lo que un@ está adquiriendo… Y como la vida ocurre, y por seguir con la ecología, la información es la herramienta más útil para ahorrar en disgustos.
Por no saber hacer otras cosas con más coherencia, nos hemos emperrado en resolver creativamente problemas de comunicación mediante el diseño, la ilustración y la creación visual y los medios tradicionales y digitales que hagan falta.
La idea es transformar la realidad inicial a través de la evolución, el crecimiento y la difusión para que algo sea o suceda en un proyecto.
¿Pero no ‘valía más una imagen’?
Con la iglesia hemos topao.
Al diseñar, la percepción lo abarca todo. Y al percibir, se abarca todo el diseño. Y eso es así. Inconsciente a ratos.
Y lo era así ya en la era P.M (Pre Mascarillum) y lo sigue siendo ahora. Sin embargo en el presente, el abofeteado vital nos ha dejado más agilipollad@s, bastante más frágiles de lo que éramos y ver ya no es suficiente cuando la realidad ha superado con creces la ficción.
Los textos –el copy , para ser cool en el mundo de la libertad barata– no es que sean importantes, es que pueden ser el w.c por el que la octava maravilla diseñada en oro y diamantes se vaya.
Hay solidez cuando funcionan, bien aplicados, todos los recursos de forma que se potencian, sin que prevalezcan modas o costumbres nacidas de la prisa, la imitación o la falsa idea de progreso. Y si no, que le pregunten al pan que se cuece con masa madre.
El diseño es una actividad que depende de otras profesiones. Igualito que todas las otras actividades. Igualito que lo hacen las empresas e instituciones.
El virus nos lo ha recordado como un campeón, junto con el capón diario del que no acabamos de percatarnos por lo que estamos haciendo sobre la capa de la Tierra.
Yo me puedo liar la manta a la cabeza y soltar todas las perogrulladas que se me ocurran, pero lo grato que diseñemos o liemos parda dependerá de tus piezas, más o menos esbozadas para plantar en esta normalidad de marras.
Y esta perorata es un resumen de mi suculenta opinión de mierda respecto de las ecomovidas con las que trabajamos. Luego están los monigotes y las letrillas. Y tiene pocos filtros porque para eso nació el fanzine, con su naturaleza realista, optimista, constructiva y experimental.
Estaré encantada de saber de vuestras suculentas a través de cualquier medio humano o androide, en morse o en una botella, concienciada de que los comentarios y likes cotizan alto por su elevado coste energético.
Gracias siempre por pasar.
Un abrazo de osa.